As I rummaged through my grandmother's house, I found a thin, nearly-transparent piece of paper messily folded inside an old photo album. By the looks of it, the product of an old typewriter, it must have been at least 40 years old. The piece of paper contained a sonnet called "El Salto de Piedras Blancas", an ode to the river cascade in our barrio. It was dedicated to my grandfather by a man called Rolando Acevedo. I've retyped it below.
El Salto de Piedras Blancas
El Salto de Piedras Blancas es un recuerdo sonoro
que vibra en los años puros de mi pura adolescencia;
y mientras más años pasan de mi tranquila existencia,
con más fuerzas se dilatan aquellos años que adoro.
– o –
El Salto de Piedras Blancas es un recuerdo que impoloro
a mi Dios Omnipotente que mantenga en mi conciencia,
porque, en tanto en mi cerebro habita la inteligencia,
resonará en mis entrañas igual que un celeste coro.
– o –
El Salto de Piedras Blancas exalta mi fantasía;
el Salto de Piedras Blancas hace brotar mi poesía
con una dulce canción; en una triste tonada.
– o –
Y el Salto de Piedras Blancas, con su tranquila belleza,
llegará a ser, algún día, en su sencilla grandeza,
símbolo eterno y perenne de nuestra querida Aguada.
– o –
***Soneto dedicado, con cariño y admiración, a
mi querido amigo Chuco Ramos***
Rolando Acevedo